Un hombre de 48 años se encuentra acorralado en su propia casa. Él es el único propietario en un edificio completamente invadido por okupas desde hace más de siete años. Vive en un ático en Vallecas desde 2010 y todavía le quedan 22 años de hipoteca por lo que no puede irse sin más.
Tan solo tres años tras haberse comprado el piso en el Puente de Vallecas, la empresa que había construido el bloque quebró, y la propiedad del edificio pasó al banco. Fue entonces cuando la situación se descontroló, los vecinos que estaban alquilados dejaron de pagar y el resto de las viviendas vacías fueron tomadas a la fuerza.
Lo peor, nos cuenta, comenzó cuando en 2014 okupó un bajo una familia de la Cañada Real. Los recién llegados estaban entrando las casas libres, cambiando las cerraduras y vendiendo las llaves a otros okupas.
“Socorro, estoy atrapado aquí y todavía me quedan 22 años de hipoteca, necesito ayuda”, denuncia el propietario. Amenazas, disparos mientras duerme, puños americanos, navajas en el patio, escenas de sangre en el portal, narco pisos o prostitución son solo algunas de las cosas con las que este hombre tiene que convivir en su día a día.
El vecino, desesperado, comenzó a informar a la inmobiliaria del banco que había adquirido el inmueble, Servihábitat, de todo lo que estaba ocurriendo en el bloque. Llegó a enviar más de 300 correos solicitando ayuda sin recibir respuesta; ni el banco ni la inmobiliaria se harían cargo de nada con el paso de los años.
La única medida que ha tomado la gestora de los inmuebles ha sido desalojar las casas y cambiar las cerraduras. La inmobiliaria nunca ha informado a la Policía, cosa que ha facilitado que los okupas volvieran a okupar las viviendas en escasas horas. Esta situación que se ha estado repitiendo durante los últimos 7 años ha llevado a este hombre a estar en continuo tratamiento psicológico y psiquiátrico, e incluso hasta a solicitar la baja laboral.
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